domingo, 17 de enero de 2010

Domingo, Enero 17, 2010 Segundo Domingo del tiempo ordinario

"Por amor de Sión no he de callar, por amor de Jerusalén no he de estar quedo, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación brille como antorcha." (Isaías 62: 1) Así comienza la primera lectura de la misa del día de hoy y podemos conectarlo a lo que San Pablo explica más adelante, en la Segunda Lectura, donde refiere a los corintios que "a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común," (I Corintios 12: 7) es decir, todos podemos ayudar para dar a conocer a todos la buena nueva de Dios: el amor nos hará libres, no sean egoístas.

Todos tenemos la capacidad de mostrar a otros el sendero que nos llevará al no egoísmo, de enseñar a los demás a Dios y ante todo vivirlo, como lo dice el papa Benedicto XVI. El Evangelio de hoy nos enseña el pasaje del primer milagro de Jesús, cuando convierte el agua de las tinajas de piedra en vino. Estos tres pasajes se entrelazan perfectamente, nos dicen que tenemos la capacidad o el don de dar a conocer, de esparcir el milagro que Jesús muestra en las bodas de Caná. Pero vayamos por partes, ¿cuál fue el milagro?

Para entender este milagro, entendamos los elementos más importantes que escuchamos en él: la boda, la petición de María y por lo tanto el vínculo inminente entre la madre y el hijo y el símbolo del vino. La boda es una unión conyugal entre dos personas que se aman (recordemos, amar es comprender, entender, ver a través de los ojos de otro, estar en sus zapatos). La petición de María muestra que por un lado María podrá hablar por nosotros frente a Jesús y sobre todo descubrió la misión divina de Jesús, la misión de mostrarnos el camino hacia el amor.

Ahora vayamos al elemento del vino como vínculo. ¿Qué quiere decir el vino en la simbología antigua? De acuerdo con el profesor Juan Pedro Monferrer el vino "simboliza la alegría a través del amor" (Juan Pedro Monferrar, 2005: 363). A su vez, en el Nuevo Testamento, "el símbolo es el elemento sobre el que se articula la 'novedad' que Jesús trae consigo" (Idem.).

Jesús hace el milagro de mostrarnos el amor, de mostrarlo literalmente ante muchas personas. Jesús da a conocer que su vino, el amor que él muestra, el amor que busca acabar con el egoísmo, el nuevo vino que el maestresala probó sin haber visto el milagro de la conversión y aún así pudo afirmar que: "todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora." (Juan 2: 10)

Ahí está el detalle: Dios nos da a conocer que tenemos la capacidad de develarles a todos, de acuerdo a nuestras propias cualidades, el milagro de convertir el agua en vino, la purificación en el amor, tenemos la capacidad de evangelizar de acuerdo al precepto del amor, y cualquier cosa que vaya en contra de entender a los demás deja de ser la palabra de Dios. Odiar no es la palabra de Dios, matar en nombre de la Iglesia no es la palabra de Dios, Evangelizar utilizando el lenguaje del odio no es evangelizar en la palabra de Dios, porque Dios es amor.

sábado, 16 de enero de 2010

El foxilizamiento de Obama

Una encuesta difundida por el diario National Journal muestra que si hoy se realizaran las elecciones estadounidenses que le dieran la victoria a Barak Obama, el cincuenta por ciento de los electores votaría por otro candidato. Esta es una prueba que sostiene lo que podemos llamar "el foxilizamiento" del presidente Obama.

¿A qué me refiero con este adjetivo? No se trata de comparar los logros o los desatinos de ambos gobiernos, si bien es cierto que cada uno en sus respectivas trincheras lograron cumplir (o han logrado, en el caso del actual presidente estadounidense) algunas promesas, aunque también han sido notorios y mucho más sonados sus fracasos.

La foxilización de Obama tiene más que ver con el efecto de desencanto en el electorado que le confiara en las urnas el mandato del país justo en un momento de crisis inaudita (esto puede discutirse, pues la historia del capitalismo estadounidense, desde la Segunda Guerra Mundial a la fecha se ha caracterizado por tener espectaculares subidas seguidas de tremebundas caídas).

Muchos vieron, tal y como sucedió en México, a Barak Obama como el salvador de la economía estadounidense; como el ungido para deshacer los entuertos del tristemente célebre George W. Bush; como el elegido para dar al mundo una nueva esperanza de un liderazgo que los sacara del hoyo en donde la sociedad occidental en la que vivimos se había estancado.

Pasaron doce meses y la varita mágica jamás apareció entre las manos de Obama. El desempleo estadounidense creció 10 por ciento. La paz mundial que millones de personas clamaron a pequeño Bush se esfumó. Obama recibía el Nobel de la Paz mientras más soldados estadounidenses llegaban a territorio enemigo en Afganistán. Las intrigas por el poder se ciñeron contra cualquier designio del ungido y ahora Obama suda sangre para poder colar la iniciativa de salud.

Millones de ilusiones colocadas en los hombros de un ser humano y poco a poco éstas lo abruman desapareciéndolo y granjeándose el repudio de los que alguna vez lo clamaron y lo vitorearon. Barak Obama Hussein, el bendecido para regir los destinos del mundo globalizado comienza a sentir el rigor del egoísmo humano.

Todos quieren que sus problemas sean resueltos y ahí está el detalle: jamás se ponen a pensar que sus problemas tienen que ver con esa grosera adicción a realizar todo en torno al uno mismo, al yo, a que me satisfaga a mí. Tache.

Jamás se ponen a pensar que el problema no está en el líder o en el sistema sino en el ser humano mismo cuyo corazón se ha podrido por el egoísmo y tiende a entronizar al dinero que es lo único que lo llevará a tener cosas y con ello a ser feliz, a pesar de que los demás y el mundo se vayan al carajo. Podré morir, pero que sea en un ataúd de Louis Vuitton para ser diferente a los demás. Tache.

El detalle está en que buscamos mesías en todos lados; lo buscamos en Fox, lo buscamos en López, lo buscaron en Obama y así se podría seguir buscando sin darnos cuenta que la verdadera miseria proviene de nuestro ser que se pudre más y más cada vez que realizamos una acción sólo para satisfacernos a nosotros mismos.

El foxilizamiento de Obama es una clara muestra de que el hombre está perdido y atascado y pide a gritos alguien que lo salve.

domingo, 10 de enero de 2010

Domingo, Enero 10, 2010 El Bautismo del Señor

"He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones" (Isaías 42: 1). Así comienza la primera lectura del día de hoy. Habla del Mesías, aquél que llegará a la Tierra a demostrar que en el AMOR encontraremos la tranquilidad y la felicidad que tanto buscamos. Permítanme decir, de nueva cuenta, que no se trata de la relación física: Amor quiere decir entender más allá de todos los límites. Quiere decir traspasar fronteras corporales, fronteras mentales y espirituales, conocer al otro y entenderlo, comprenderlo, vivirlo. De esta forma podremos saber porqué actúa como lo hace y podremos ayudarle a ser encontrar ese equilibrio que a muchos nos hace falta.

"Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes" (Isaías 42: 6), está hablando de Jesús, es verdad, está hablando del modelo al cuál todos deberíamos aspirar. Está hablando de un símbolo que nos une a un significado: el AMOR. En estos días se ha desatado una pequeña pugna en las redes sociales a favor o en contra de un comentarista (Esteban Arce) que refirió en su programa de televisión una opinión a cerca de la homosexualidad. Muchos se sintieron aludidos, otros ofendidos, algunos más insultados, muchos comparten la opinión del comentarista, pero casi todos cayeron en la desgracia de comenzar un fenómeno conocido como "lenguaje del odio".

Ninguno fue capaz de intentar comprender al otro y antes prefirieron atacarlo. Y como este hay millones de ejemplos en toda la historia de la humanidad. Precisamente este tipo de actitudes son contrarias a Jesús, contrarias al Amor, porque nadie está dispuesto a entender al otro y tratar de explicar sus puntos de vista para que la armonía regrese. Antes prefieren insultarse y sentarse como piedras, inmóviles y sin oídos.

"¡Rendid a Yahveh, hijos de Dios, rendid a Yahveh gloria y poder!", (Salmo 29: 1) parecerían cantar los cielos a los corazones de las personas egoístas. Rindan su egoísmo, rindan su odio, rindan su enojo, rindan las pasiones desbordas, equilíbrense con el todo, sean parte del todo nuevamente. Ríndanse como lo hizo el propio Jesús ante el Bautista. Él rindió la posible soberbia de saberse el "Elegido" y se bautizó, por eso todos, al ser bautizados, estamos aceptando seguir el modelo de Jesús. Y no es necesaria el agua y la ceremonia para bautizarnos, simplemente con luchar contra nuestro egoísmo y tratar de que nuestras acciones vayan encaminadas a el bien propio, el bien de los demás y el bien del entorno estamos asegurando que Dios (el Todo) diga desde los cielos "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco." (Mateo 3: 17)

jueves, 7 de enero de 2010

Segundo domingo de adviento 6 de diciembre de 2009

Continuando con este intento por esclarecer las palabras de Dios, que no son otra cosa sino la misma idea a través de muchos mensajes, llegamos al segundo domingo de Adviento. Hagamos un breve paréntesis aquí, para entender qué es el adviento.

El adviento es un periodo de 28 días en el que nos preparamos para recibir a Jesucristo. Pero ¿qué quiere decir recibir a Jesucristo? Recibir a Cristo es prepararnos física, mental y espiritualmente para amarnos a nosotros mismos, amar a los demás y amar todo nuestro entorno.

¿Y qué dijimos que es amar? Aquí entraríamos en discusiones filosóficas donde cada quien ve al amor con una tesitura diferente, pero que al final todos los caminos o enfoques que utilizáramos para explicar al fenómeno se puede resumir en un fenómeno espiritual, mental y físico en donde entras en la piel del otro y lo comprendes, sientes piedad por él. Es un grado mayor a la empatía.

Esto es amar y esto es recibir a Dios y para ello nos preparamos por cuatro domingos (que realmente debería ser todos los días del año) fortaleciendo el amor, la paz, la tolerancia y la fe. En cuanto a esto, hay que poseer fe, es decir confianza, en que al seguir a Jesucristo, estamos siguiendo el camino del amor, a través del cuál tendemos a tolerar a los demás porque los hemos comprendido lo cuál inevitablemente nos hará tener paz en esta vida, que continuará después de la muerte.

Por ello, las lecturas del día de hoy se enfocan en la promesa "porque Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con la misericordia y la justicia que vienen de él" (Baruc 5: 9), en donde Israel representa a todo aquél que cree en un solo Dios y creer en un solo Dios quiere decir que creemos en que todos estamos unidos a través del todo y por lo tanto aquello que le ocurra "al más pequeño de mis hijos" no sólo se lo estaremos haciendo a Dios, nos lo hacemos a nosotros mismos y si nos lo hacemos a nosotros mismos, entonces no nos amamos y jamás estaremos tranquilos.

Amor es todo lo que necesitamos (decían Buda, Artistóteles, Cristo y hasta los Beatles) y es verdad, porque con esta mera acción logramos estar conectados con nuestros hermanos y hermanas, dejamos de verlos como objetos para saciar nuestro placer y nuestra ambición, nos desprendemos de esa piel de egoísmo que no hay que confundir con los instintos de supervivencia, pues estos últimos nos permiten apreciar la vida y amarnos, mientras que el egoísmo, aún cuando la supervivencia está asegurada, es una pequeña voz que nos llena de incertidumbre y para apagarla comenzamos a rodearnos de "seguridad" y en ese camino ambicionamos, y en ese camino (donde no sabemos si hoy es el último día) buscamos esos minutos de placer y en ese camino nos perdemos y hacemos daño no sólo a nuestro cuerpo, yendo contra la propia supervivencia de donde partió todo, sino contra gente que no tenía porqué morir en la vorágine de nuestros temores y también mueren los animales y las plantas y el mundo con nosotros.

Para desprendernos de esa incertidumbre que se "soluciona" con el egoísmo, hay que amar, hay que amar para que entendamos nuestra vida que es entender la de los demás, "y lo que pido en mi oración es que vuestro amor siga creciendo cada vez más en conocimiento perfecto y todo discernimiento, con que podáis aquilatar los mejores para ser puros y sin tacha para el Día de Cristo" (Filipenses 1:10).

Por eso entra en este domingo la figura de Juan el Bautista, quien a través de su pasión buscaba abrir los ojos de los egoístas del tiempo de Jesús, esos egoístas que han vivido como lacras por toda la eternidad y que se han colado a las instituciones religiosas y a la política y a las familias y al comercio y son los que, como un tumor, llenan nuestras mentes con incertidumbre para tratar de alargar su muerte.

El Bautista decía "Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios" (Lucas 3: 4-6). Así yo les pediría que primero entendieran a su prójimo, se metieran en su piel, lo comprendieran, lo amaran y entonces le ayudaran a entrar a los caminos del amor que es lo que nos permitirá a todos, como raza humana, vivir en una perfecta armonía como la que nunca hemos sentido.

Pero es necesario que todos, hasta el más pequeño de los seres esté en la misma dinámica; que sea católica (universal) la actitud de amor; que no sólo sea un sentimiento que se esfuma como el parpadeo; que sea católico el amor; que sea católico el entender; que sea católica la paz; que aunque creas que Lutero tenía razón, o que es Mahoma a quien se le reveló Dios, o que sigues esperando al Mesías, o que simplemente sólo piensas que la ciencia es la única forma de conocer o vivir rectamente, que aunque la figura central de tus pensamientos no sea Jesús, sí lo sea el amor, el amor como lo he explicado en esta entrada, el amor que nos permitirá a ser todos un mundo.

Primer Domingo de Adviento 29 de noviembre de 2009

Con esta entrada comenzamos la explicación de las palabras de la BIBLIA, que en muchas ocasiones son mal interpretadas por los que deberían guiarnos y bien interpretarlas para nosotros, y lo hacen más por error que por mala voluntad.

La doctrina de Cristo (que es católica, es decir, universal, y no por ello perteneciente a un grupo) es sencilla y se basa en un simple camino: el amor. Es el amor hacia uno mismo, amor para con los demás y amor para con el entorno. Y este amor busca luchar con el verdadero diablo que es el egoísmo. Satanás es el arquetipo de la maldad porque se hizo vanidoso y sólo pensó en sí mismo: se hizo egoísta, y en ese sentido es cómo podemos definir lo que está mal de lo que está bien, ontológicamente hablando. Es decir, aquello que se hace por el simple beneficio propio está mal. Sencillo.

Decíamos que el amor es el camino que nos enseña Cristo, y este amor ¿a dónde nos lleva? Nuevamente es fácil la respuesta: a la tranquilidad; y la tranquilidad se encuentra en la perfecta armonía, en el equilibrio, en Dios. Por ello, el 1º domingo de adviento, lo que nos pide y a lo que nos prepara es a observar a un hombre que se hizo Dios (no un Dios que se hizo hombre) que es lo más valioso, pues esto nos hace saber que todos somos capaces de disolvernos con la eternidad y vivir en esa paz que siempre buscamos, aunque algunos no quieran aceptarlo así.

Así pues, las Sagradas Escrituras del domingo pasado dicen: "En cuanto a vosotros, que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos, como es nuestro amor para con vosotros" (I Tesalonicenses 3:12-13). ¿A qué se refiere? Sencillo: a amarte a ti mismo, pero nunca por encima de los demás. Dirigir tus actos pensando en que no te hagan daño a ti, en que no hagan daño a los demás y no hagan daño al entorno.

Para buscar el amor (no la relación sexual) debemos buscar el camino que nos hará darnos cuenta que estamos rodeados de gente semejante a nosotros y no sólo eso, nos dará luz para entender que estamos conectados con las demás personas y con el medio ambiente a través de las pequeñas partículas que la ciencia ha logrado descubrir.

Una vez que comprendamos que no estamos solos en el universo, tenemos que realizar la tarea de comprender a nuestros semejantes, quizá la tarea más difícil de todas las que podremos hacer en nuestra corta estadía como seres humanos.

Todos somos parte de Dios, porque Dios no es una persona, es el todo. Aunque seamos independientes de él, estamos en él, y sólo amando, es decir logrando la empatía máxima con los demás, entendiéndonos, sintiendo al árbol, a la libélula, al hombre que va a tomar un taxi, sólo así logramos amar y estar en camino a la felicidad máxima.

La primera lectura dice: "Mirad que días vienen - oráculo de Yahveh - en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, y practicará el derecho y la justicia en la tierra. En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén vivirá en seguro. Y así se la llamará: Yahveh, justicia nuestra." (Jeremías 33:14-16). ¿A qué se refiere? Nos dicen que hay posibilidades de que exista un hombre que nos enseñe, que nos demuestre que será capaz de ser Divino.

Lo toral de la filosofía cristiana no es la muerte de Cristo y su resurrección "mostrándonos que hay vida después de la muerte"; lo verdaderamente hermoso es ver a un hombre que es capaz de renunciar a sí mismo atentando contra su vida (el extremo opuesto al egoísmo) no para salvarse a sí mismo, sino para salvar a todos los demás y con este acto de interés en todo y todos, recorrió los caminos del amor hasta hacerse uno con la manta que lo es todo.

Finalmente, el evangelio de Lucas nos muestra un lugar en la tierra común, lleno de tormentos, de tristeza, de ira, de todos los sentimientos que son provocados por el egoísmo, pero que al mirar a Jesús, y tomar su ejemplo, el ser humano encuentra la perfecta armonía y con ella a Dios.

Seguir a Jesús no es dejarse la barba (si asumimos que Jesús era como es la imagen comúnmente aceptada) y el pelo crecido, o caminar con túnicas blancas, o encerrarse en un desierto o ser célibe. Tampoco es seguir tradiciones a diestra y siniestra. AHÍ ESTÁ EL DETALLA: seguir a Jesús es más sencillo y Él mismo así lo dio a entender: amaos los unos a los otros; dejad vuestro egoísmo a un lado y amad (entiende a los demás, métete en su piel, mira con sus ojos, canta con su voz).

Los comentarios de Arce

En esta semana se destapó gracias a twitter una especie de caza de brujas contra un comentarista que lo único que hizo fue externar una opinión y esgrimir argumentos a favor de ella. Viéndolo fríamente, en toda democracia deben existir estos ejercicios para llegar a acuerdos. Es la base de la tolerancia que todos los estados democráticos esgrimen. Pero sucede que si alguien habla en contra de la normalidad de la homosexualidad entonces todos se lanzan sobre él como lo hicieran la Santa Inquisición, sólo que ahora los herejes son aquellos que no piensan como la gran mayoría piensa, como en aquellos días. De alguna forma las cosas se voltean pero es interesante ver que este "pleito" nace a partir de lo que nacen casi todos los pleitos: malentendidos.

Ahí está el detalle: la gente ataca a Esteban Arce, comentarista del programa Matutino Express, porque sostuvo que la homosexualidad no era normal. Siempre manifestó que no estaba mal ni que estaba en contra de eso, sólo mantenía su postura de que la naturaleza como mecanismo de supervivencia utiliza en los mamíferos al macho y a la hembra en las relaciones sexuales. Cualquier cosa fuera de esta dinámica hecha para la supervivencia es anormal, dice Arce (y dicen muchos). También asegura que hay estudios (no dice cuáles) que afirman que animales con actitudes homosexuales presentan "demencia animal".

Claro está que la tarea extra ya vino de los usuarios de Internet y de los comentaristas que desvinculan y descontextualizan declaraciones y lo acomodan según entendieron en sus ofendidos corazones dando a entender que los homsexuales presentan "demencia animal". Esto, viéndolo fríamente, no lo dijo Arce, jamás hilvanó textualmente dichas palabras: "los homosexuales tienen demencia animal", sino que se refirió a que los estudios afirman que los animales con prácticas homosexuales tienen demencia animal por situaciones anormales en su entorno.

Ante este hecho saco varias conclusiones:
1. El punto aquí es que la sociedad vincula anormalidad con algo que está mal. Si yo nazco con seis dedos en la mano seré anormal, porque la normalidad es decir, la mayoría de los seres humanos nacen con cinco. El hecho de que sea anormal no advierte necesariamente que sea malo y esto es lo que la gente en los foros confunde. Saltan cuando a alguien le dicen anormal, cuando decirle a alguien anormal no quiere decir que esté mal necesariamente. Anormal, denotativamente quiere decir "Que accidentalmente se halla fuera de su natural estado o de las condiciones que le son inherentes." Ante esto, si la sexóloga sostiene que los homosexuales tienen una orientación sexual hacia esta práctica entonces se puede afirmar que su homosexualidad es inherente a su persona, y por lo tanto sí es normal en su persona. Aquí acabaría el debate.

2. El punto de Arce es sencillo "no te estoy diciendo que esté mal ni todo, pero no es normal...", su punto es que no es normal y el punto de la sexóloga es que es una orientación con la cuál naces. Están debatiendo sobre la normalidad de la homosexualidad, esgrimiendo cada uno argumentos, la sexóloga hablando de "múltiples estudios" (de los cuales, como Arce, tampoco nos da referencias) y Arce también de estudios diciendo lo contrario.

3. La sexóloga dice que se han hecho estudios en los cuáles se han descubierto "setenta especies de mamíferos en los cuales hay prácticas homosexuales", argumento que fríamente confirma que existe la homosexualidad pero no confirma que lo normal sea que los animales sean homosexuales.

4. "Tan es así que son cuestiones que son consideradas demencia animal", ahora bien este comentario creo que es el que realmente ardió a muchos. Para empezar si existe demencia quiere decir que hay un trastorno en la razón, pero sucede que los animales son seres irracionales, porque no tienen capacidad de pensar, entendiendo pensar como la facultad de examinar con cuidado algo para formar dictamen. Por lo tanto no puede haber demencia animal porque los animales no tienen raciocinio. Después la sexóloga dice que son "consideradas como prácticas sexuales de muchas especies de mamíferos como también nosotros", lo cual quiere decir que efectivamente somos animales y si somos animales y lo dijo una sexóloga que se supone tiene estudios y es científica y demás, entonces no debería ofendernos porque el dios ciencia lo está diciendo. En consecuencia, lo que debería ofender del comentario de Arce es haber unido dos conceptos dispares y no así el hecho de vernos como animales.

5. Esto es lo más importante de lo que se concluye de este hecho: lo que es increíble es cómo los comentaristas al descontextualizar las frases del conductor tergiversan el significado y mal informan sin tener la mínima capacidad de entender lo que se dice. Son reduccionistas y simplemente si alguien esgrime algo en contra de lo que ellos piensan que está bien entonces lo tachan como "prejuicioso, arrogante, violento y (al fin) partidario de la inmovilidad". Quiere decir que la movilidad significa evitar debates auténticos con argumentos sólidos (no con estudios hechos para demostrar científicamente la homosexualidad) y tachar a aquel que defienda lo contrario de todos los atributos que nos ayuden a denostarlo. Es triste ver que muchos que se creen intelectuales no tienen la capacidad de debatir tampoco.

domingo, 3 de enero de 2010

Domingo, Enero 3, 2010: La Epifanía del Señor (Solemnidad)

Dice el Evangelio de hoy que llegaron los Reyes Magos a ofrecerle incienso, mirra y oro al niño Jesús (Mateo 2: 11), pero no venían a ofrecerle cosas materiales, venían a ofrecerle lo mejor de cada uno y esto es lo que no nos han enseñado a ver en las iglesias. Hace mucho tiempo (y en algunos lugares esos años pasados siguen ocurriendo como en la novela de Pedro Páramo) el rico era mal visto por sacerdotes pero al momento de ofrecer cosas a Dios, no reparaban en gastos, sin darse cuenta de que lo que Dios quiere es que le ofrezcamos lo mejor de cada uno de nosotros y no para él sino para compartir nuestras bondades con el mundo y con nuestros hermanos.

¿Por qué es que la Biblia demuestra una enorme piedad con los pobres y a los ricos los vitupera si al final las riquezas y los tesoros y los impuestos y todo será rendido al Hijo de Dios? Será quizás porque las traducciones suelen no distinguir las pequeñas desviaciones que los conceptos encierran. Si en lugar de utilizar la palabra pobre, prefiriéramos humilde, entonces no hablaríamos de riqueza, sino de la forma en que vivimos. Se puede ser millonario pero humilde y también se puede ser pobre pero soberbios. En este sentido aquél que es rico puede darle a Dios muchas cosas, alegrías, pensamientos, buenas acciones y aquél que es pobre sólo podrá darle dinero.

Los escritores de la Biblia intentaron mostrar al mundo el hecho de que es la humildad la que nos llevará al reino de los cielos, entendiendo este lugar como aquel donde la felicidad es absoluta, pues al estar unidos al todo experimentamos una tranquilidad sobrehumana. Este es el famoso misterio del que se habla en Efesios "cómo me fue comunicado por una revelación el conocimiento del Misterio" (Efesios 3: 3). El famoso misterio no es otro más que amar al otro, y amar al otro no quiere decir intercambiar líquidos o fluídos, sino entenderlo, entrar en su carne y comprender porqué sufre o porqué se alegra; y para amar hay que ser humilde, pero no pobre, hoy por hoy nos refiere a no poseer riqueza y se puede no poseer riqueza pero ser humilde o poseer demasiada riqueza y seguir siendo humilde. El problema con la riqueza es que en muchas ocasiones viene acompañada del poder y el poder nubla la mente y nos convierte en egoístas, soberbios, incapaces de entender a los demás y por lo tanto incapaces de amar y de experimentar el estado Zen, el estado de quietud, de tranquilidad: estar en gracia.

La lectura de Isaías de hoy dice: "Tú entonces al verlo te pondrás radiante, se estremecerá y se ensanchará tu corazón, porque vendrán a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti. Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahveh." (Isaías 60: 5 y 6). ¿A caso son las riquezas las que hacen grande a Dios? No, lo que lo hace grande es la unidad de los pueblos y de los corazones y al mismo tiempo el no darle la importancia tan desmedida que se le da hoy en día a los productos. Lo que hace grande a alguien es valorar a sus semejantes y a sí mismo por cuán honorable es y no por cuánto dinero puede tener o cuantas cosas puede comprar.

El hecho de que el Salmo de hoy nos diga: "los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo. Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos" (Salmo 72: 10) no quiere decir que Dios o Yahvé o su Hijo exijan tesoros, quiere decir que recibirá lo que es más importante y lo que debería ser más importante es la fortaleza que nos permitirá ser prudentes, ser justos y ser templados. Al final, el mismo Salmo dice que Dios se apiadará del "débil y el pobre". Error de traducción: se apiadará del humilde, se apiadará de aquél que sepa rendir su ego hacia los demás y a hacia su entorno, se apiadará de aquel que actúe a favor del bien; todos los demás, los egoístas y los ruines, los que prefieren actuar "porque es mi vida y yo sé lo que hago con ella" sin darse cuenta que sus actos recaen en el Todo, ellos son los débiles y los pobres y no tienen qué ofrecerle a Dios ni al mundo ni mucho menos a ellos mismos.