En esta semana se destapó gracias a twitter una especie de caza de brujas contra un comentarista que lo único que hizo fue externar una opinión y esgrimir argumentos a favor de ella. Viéndolo fríamente, en toda democracia deben existir estos ejercicios para llegar a acuerdos. Es la base de la tolerancia que todos los estados democráticos esgrimen. Pero sucede que si alguien habla en contra de la normalidad de la homosexualidad entonces todos se lanzan sobre él como lo hicieran la Santa Inquisición, sólo que ahora los herejes son aquellos que no piensan como la gran mayoría piensa, como en aquellos días. De alguna forma las cosas se voltean pero es interesante ver que este "pleito" nace a partir de lo que nacen casi todos los pleitos: malentendidos.
Ahí está el detalle: la gente ataca a Esteban Arce, comentarista del programa Matutino Express, porque sostuvo que la homosexualidad no era normal. Siempre manifestó que no estaba mal ni que estaba en contra de eso, sólo mantenía su postura de que la naturaleza como mecanismo de supervivencia utiliza en los mamíferos al macho y a la hembra en las relaciones sexuales. Cualquier cosa fuera de esta dinámica hecha para la supervivencia es anormal, dice Arce (y dicen muchos). También asegura que hay estudios (no dice cuáles) que afirman que animales con actitudes homosexuales presentan "demencia animal".
Claro está que la tarea extra ya vino de los usuarios de Internet y de los comentaristas que desvinculan y descontextualizan declaraciones y lo acomodan según entendieron en sus ofendidos corazones dando a entender que los homsexuales presentan "demencia animal". Esto, viéndolo fríamente, no lo dijo Arce, jamás hilvanó textualmente dichas palabras: "los homosexuales tienen demencia animal", sino que se refirió a que los estudios afirman que los animales con prácticas homosexuales tienen demencia animal por situaciones anormales en su entorno.
Ante este hecho saco varias conclusiones:
1. El punto aquí es que la sociedad vincula anormalidad con algo que está mal. Si yo nazco con seis dedos en la mano seré anormal, porque la normalidad es decir, la mayoría de los seres humanos nacen con cinco. El hecho de que sea anormal no advierte necesariamente que sea malo y esto es lo que la gente en los foros confunde. Saltan cuando a alguien le dicen anormal, cuando decirle a alguien anormal no quiere decir que esté mal necesariamente. Anormal, denotativamente quiere decir "Que accidentalmente se halla fuera de su natural estado o de las condiciones que le son inherentes." Ante esto, si la sexóloga sostiene que los homosexuales tienen una orientación sexual hacia esta práctica entonces se puede afirmar que su homosexualidad es inherente a su persona, y por lo tanto sí es normal en su persona. Aquí acabaría el debate.
3. La sexóloga dice que se han hecho estudios en los cuáles se han descubierto "setenta especies de mamíferos en los cuales hay prácticas homosexuales", argumento que fríamente confirma que existe la homosexualidad pero no confirma que lo normal sea que los animales sean homosexuales.
4. "Tan es así que son cuestiones que son consideradas demencia animal", ahora bien este comentario creo que es el que realmente ardió a muchos. Para empezar si existe demencia quiere decir que hay un trastorno en la razón, pero sucede que los animales son seres irracionales, porque no tienen capacidad de pensar, entendiendo pensar como la facultad de examinar con cuidado algo para formar dictamen. Por lo tanto no puede haber demencia animal porque los animales no tienen raciocinio. Después la sexóloga dice que son "consideradas como prácticas sexuales de muchas especies de mamíferos como también nosotros", lo cual quiere decir que efectivamente somos animales y si somos animales y lo dijo una sexóloga que se supone tiene estudios y es científica y demás, entonces no debería ofendernos porque el dios ciencia lo está diciendo. En consecuencia, lo que debería ofender del comentario de Arce es haber unido dos conceptos dispares y no así el hecho de vernos como animales.
5. Esto es lo más importante de lo que se concluye de este hecho: lo que es increíble es cómo los comentaristas al descontextualizar las frases del conductor tergiversan el significado y mal informan sin tener la mínima capacidad de entender lo que se dice. Son reduccionistas y simplemente si alguien esgrime algo en contra de lo que ellos piensan que está bien entonces lo tachan como "prejuicioso, arrogante, violento y (al fin) partidario de la inmovilidad". Quiere decir que la movilidad significa evitar debates auténticos con argumentos sólidos (no con estudios hechos para demostrar científicamente la homosexualidad) y tachar a aquel que defienda lo contrario de todos los atributos que nos ayuden a denostarlo. Es triste ver que muchos que se creen intelectuales no tienen la capacidad de debatir tampoco.
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